Vibrante, intensa, emotiva y alguna palabra más que quieran agregar en ese tono serviría perfectamente para explicar lo que se vivió en la cancha de San Andrés en la final que jugaron Game Over y Los Rápidos, en el marco del Torneo de Pascuas.
El equipo conducido por Cristián Roman se impuso en tiempo suplementario 90 a 88, sobre el elenco compuesto por jugadores venezolanos. Ambos conjuntos demostraron un alto nivel.
El partido fue cerrado y cambiante. Desde el primer cuarto se sabía que la final se iba a definir por detalles y eso fue lo que ocurrió. Un gran arranque Brian Teran (terminó con 34 puntos) dejo atónito a Game Over, que no sabía cómo resolver la marca del 10.
Sebastián Santagada se hacía grande con buenas asistencias y un aporte interesante desde el perímetro que le permitió a su equipo irse un punto arriba al final del primer parcial.
El segundo cuarto de Los Rápidos, volvió a demostrar un nivel superlativo, con grandes rendimientos individuales como el de Elías Colina, quien fue polarizando la posesión de su equipo y Game Over intentaba controlarlo con diferentes sistemas defensivos pero los recursos eran tantos que no lo podían detener
El entretiempo llego y los venezolanos habían pasado al frente en el marcador 38 a 34.
En el tercer cuarto, Los Rápidos sacaron una diferencia de 13 puntos y parecía que el partido comenzaba a volcarse a favor de ellos. El entrenador de Game Over, visiblemente ofuscado por el rendimiento de su equipo, pidió minuto, retó a sus dirigidos y cambio el sistema defensivo.
Estos ingredientes fueron suficientes para que su equipo reaccione. Una marca pegadiza y molesta hizo que el elenco tricampeón, empieza aprovechar los errores de Los Rápidos que entraron en un estado de nerviosismo que los hizo perder muchas pelotas.
Con la diferencia a favor, el elenco vestido de blanco no supo manejar esa ventaja y ataques donde se consumieron pocos segundos, le dieron la posibilidad a su rival de acercarse. Si bien, Los Rápidos se fueron al descanso del 3er periodo arriba por seis puntos, nada hacía pensar que el partido se iba a quedar así.
El último cuarto fue digno de una final de NBA, con muchas decisiones acertadas de los tiradores, demasiado nerviosismo en quiénes trasladaban el balón y protestas al por mayor, llevaron al encuentro a tiempo suplementario, marcando la paridad que hay entre los equipos.
El tiempo suplementario no fue apto para cardiacos, la falta de piernas de los jugadores decisivos, el cansancio mental y el miedo a perder comenzó a jugar un factor determinante en el desenlace del juego.
El final fue para Game Over que se impuso 90 a 88 ante Los Rápidos, pero cualquiera de los dos hubiera sido un justo campeón. |
